Dioses de Río y Mar

Emma Barrandéguy

Emma Barrandéguy Poesías Completas
 Ediciones del Copista | Colección Fénix | 2009 | 440 pág. 



Edición a cargo de Irene M. Weiss.

“Emma Barrandéguy (1914-2006) publicó en vida cuatro libros de poesías:
Poemas 1934-35(1936), Las puertas (1964), Refracciones (1986) y camino hecho (1991). Además de esto, sobre todo hacia fines de los años sesenta y el los setenta, aparecieron algunos poemas en pliegues sueltos y en el Libro Seguay. (S.E.Guay: Sociedad de Escritores de Gualeguay).
La poesía, por su naturaleza, es manifestación de experiencias humanas que el poeta no está dispuesto a alienar. En el caso de EB, en quien la misma prosa está ya tan afectada por las inflexiones de su vida y de su entorno, la poesía crece en territorios muy personales, desde horizontes no siempre definibles. Pero si bien en las poesías vibra, por el carácter mismo de la lírica, la madera más íntima y conmovida de su naturaleza, la misma lengua poética impone en el sistema de signos, en la selección de imágenes, en el juego expresamente anti-narrativo, en la elaboración del ritmo en fin, la contención y el cauce que a la prosa le es permitido ignorar. La poesía de EB, sobre todo a partir de Las Puertas, es testimonio y actualización de momentos- el encuentro amoroso, la intimidad de una caricia, el intercambio amistoso o familiar, el acercamiento a las plantas y animales – que llegan a través de sensaciones, emociones, recuerdos, y que la palabra poética nombra. Aunque los poemas parten de situaciones cotidianas, o de recuerdos, o de algo leído o visto, en algún momento dan el salto, y el lector no tiene necesidad de los detalles de la realidad que le sirve de soporte, porque el poema avanza hacia una “verdad” que engloba esa realidad y muchas más, que corresponden tanto al horizonte de vida de la autora como al del lector en lo que ambos tienen de profundamente humano e incambiable. El camino lo abren muchas veces imágenes cotidianas sesgadas por metáforas inesperadas. (…). En la persona física de Emma, en su cara delgada y armónica, llamaban sobre todo la atención los ojos inquietos, curiosos, penetrantes, puestos al servicio de su sensibilidad y lucidez. El papel central que ella le daba a la mirada en las relaciones más profundas se hace programa en la entrevista con martín Prieto, publicada en septiembre de 2004 en “Babelia”, la sección literaria de El País, en donde afirma: El amor es en la mirada, manifiesto que parece reproducir un pasaje del Fedro platónico. No por ser común en tantas poéticas occidentales pierde la declaración algo de su intensa resonancia expansiva. O a la inversa: la gana, precisamente por ser en ellas una constante.
En la curva creativa que va desde su primera publicación al último libro de poemas, EB refleja en su compromiso vital el itinerario del siglo XX, desde la distancia intelectual del ideólogo de izquierda hasta el espejamiento final del placer físico homérico, pasando por entusiasmos, arrepentimientos, confesiones y la constante indagación de la sustancia y el lugar de lo femenino, encarnado fundamentalmente en ella misma. La curva permite ver, por ejemplo, que en los más de setenta años que separan el comienzo y el final de su poesía, los extremos se tocan: la prosa poética comprometida del primer libro de poemas se espeja en la prosa erótica de la última, que también excede el verso.”

PUBLICACIONES

Poemas 1934-35, Gualeguay: s/editorial, 1936. (Poesía)
Las puertas, Buenos Aires: Amigos del libro argentino, 1964. (Poesía)
El andamio, Buenos aires: Amigos del libro argentino, 1964. (Relato)
Amor, saca amor, Paraná: diccionario de cultura de Pcia de Entre Ríos, 1970. (Teatro). Premio regional Fray Mocho.
No digo que mi país es poderoso, Buenos aires: ed. Reconstruir 1982. (Ensayo)
Los pobladores, Gualeguay: ed Seguay 1983. (Relato)
Crónica de medio siglo, Paraná: dirección de Cultura de Paraná1984 (crónica novelada). Premio regional Fray Mocho.
Refracciones, Guleguay: ed Seguay1986. (Poesía)
Camino hecho, General Galarza (E, Ríos): Ediciones del Clé1991. (Poesía)
Salvadora una mujer de “Crítica”, Buenos Aires: ed. Vinciguerra1997. (Biografía –crónica-ensayo)
Habitaciones, Buenos Aires: ed. Catálogos2002. (Novela autobiográfica).
Mastronardi- Gombrowics. Una amistad singular, Buenos Aires: ed. Grama 2004 (Ensayo)


 PRIMERO DE MAYO

Primero de Mayo:
puños frente a la cara de los burgueses.
Primero de Mayo:
florece en tu jornada
el recuerdo de todos los obreros heroicos.
Primero de Mayo:
están los ojos nuestros
clavados sobre la URSS.

Sol de otoño por las;
hoy está al tope nuestra bandera roja.

Cuando pienso en todos los camaradas
del mundo,
en el más lejano camarada
de algún pueblo perdido como el mío,
una alegría nueva me retoza en las venas.

Sentirse unidos todos.

Nadie,
nadie que no sea nuestro,
puede sentir tan hondo
el hambre de justicia
que cantamos en todos los idiomas del mundo.

El martillo y la hoz
no los dejan dormir tranquilos
a los capitalistas.
Y desde la Plaza Roja
se escabulle la sombra de Lenin
para pasearse en todas
las calles de la tierra.

Es Primero de Mayo.
Guiando la esperanza
hay una estrella roja,
que prendieron del cielo
las manos proletarias.

Abril 8 935.
De Poemas 1935-35



POSICIÓN DE MUJER

Cantar con la segura independencia con lo que hacen
                                                    [ los hombres
sería la gran alegría.
No puedo lograrlo desde este encasillado corazón de
                                                                    [ siglos.
Puedo hablar del amor, pero eso ha sido todo dicho.
Puedo hablar del anhelo del hijo, pero aún no es captar
todo el ritmo de los mundos.
Puedo hablar de la sangre, de las calles sacudidas de
                                                                 [ ruidos,
del agua y las estrellas,
pero me falta la totalidad lograda por el hombre.
Cantar con la íntegra serenidad del poeta
y con la íntegra inquietud del poeta.

No es incapacidad de adueñarse de las cosas y traducirlas.

Es incapacidad de saber erguirse definitivamente,
sin que nada sea falso, ni duro, ni desenfrenado,
sino apenas natural.
Con la tierna y terrible fuerza que da al hombre lo natural.

Abarcar con las manos, ¡tan inútiles!
desde los temas de la audacia, a los humildes temas de
                                                                  [ los días.
Años de años me vedaron la comprensión del mundo.

Tengo que crear y vivir y mirar.
Tengo que abrir los brazos a las corrientes de la vida.
A todas las corriente.

Hasta encontrar las voces que atraviesen el tiempo.
Hasta lograr los hechos
y situarse en la sencilla historia de cada día que pasa.
Hasta lograr un alma saturada de equilibrio.
Tierno y terrible equilibrio del átomo y del infinito.

Mayo 1937
De Ciudad 1937-1943

TIEMPOS PELIGROSOS*

La señora vocal
del Fondo Nacional de las Artes
propuso que se editaran
los clásicos universales
y llegó a editarse la Divina Comedia,
pero como la señora no estaba de acuerdo
con el gobierno de turno
se vio obligada a renunciar.
Y ningún enamorado sin respuesta recurrá al Dante
ni sabrá que dijo:
“Amor al que es amado  a amar condena”,
cosa que sería muy consoladora.
Pero los tiempos cambian
y ahora estamos en lo nacional.
Entonces, ¿quién piensa editar a un italiano más?
Ya tenemos bastantes en casa.
Las cásicos universales
se seguirán leyendo, sin embargo,
pero por el momento
los volveremos a los estantes,
como a Marx y a la lucha de clases.
Desensillar hasta que aclare, dice el refrán
y  este tiempo será muy largo para nosotros,
los de sesenta
y no volveremos a andar a caballo
más que en las canciones de Atahualpa
o si vamos al desierto con Martín Fierro.
De todos modos, una cosa no quita la otra
y lo nacional podría conjugarse
con lo universal
sino hubiera la miseria de por medio.
Y cuando hayamos concluido con la miseria
y con el odio
y los viejos y jóvenes peligrosos
estén tomando sol en el patio de un sanatorio
o una cárcel,
entonces no faltará quien vuelva a los estantes
y lea el Canto Quinto de la Divina
y un poema argentino de Tuñón
y el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, Amén.
De Archivo


*En el índice del libro no publicado La rama en el techo este poema aparece acompañado de un nombre: V. Ocampo